Muchos de nosotros nos encontramos sumergidos en “la magia de la red”. El Internet como maravillosa arma de comunicación a veces nos pone en aprietos por las mañanas y encontramos nuevos correos electrónicos en la bandeja de entrada para ser respondidos.
El problema radica en que muchos correos entrantes acumulan al empezar a priorizar la la respuesta de estos. Laborales son los primeros en responderse sobre todo si vienen del jefe. Los relacionados al trabajo pueden seguir y si estamos envueltos en sitios de contacto para conocer gente, la prioridad cambia porque habrá que escoger cuales mensajes toman valor con el día, luego los que teníamos ya pendientes para darle paso a los familiares y amigos que necesitan respuesta urgente. Otros los vamos marcando o dejamos “para después” poder contestarlos otro día con mas calmita con el riesgo de nunca ser contestados. ¿Cuantas veces no encontramos a alguien y nos recuerda días después de un “e-mail” enviado semanas antes?.
Ese mismo problema tenían tanto Albert Einstein como Charles Darwin, así que no hay porque sentirnos mal por no responder a tiempo un correo electrónico a la brevedad. De hecho en un articulo publicado en la revista Nature documentan que por ejemplo Einstein envió mas de 14500cartas y recibió mas de 16,200 respondiendo solo una cuarta parte de ellas. Darwin por su parte envió 7500 cartas, recibió 6530 y respondió solo el 32% de ellas.
La respuesta de la correspondencia, llevaba su tiempo, ya que Einstein lo hacia dentro de los primeros 10 días en casi la mitad de los casos, mientras de Darwin en el 63% de los casos respondía en el mismo periodo de tiempo.
El hecho que Einstein respondiera el 14 de octubre 1921 correspondencia recibida el 26 de Septiembre de 1920 a Ralph De Laer Kronig iniciando: “Mientras soy devorado por una montaña de correspondencia encontré su interesante carta que recibí en septiembre del ano pasado” nos da idea cuan lento podía llegar a ser en algunos casos la respuesta de un genio. Desafortunadamente en no todos los casos podemos dar excusas como estas para disculparnos en la demora de respuesta de correos, pero es una buena forma de salir del problema. Con ello usuarios prolíficos como yo del correo electrónico, debemos encontrar la manera de responder los correos sin perder la perspectiva de las prioridades de respuesta.
El problema radica en que muchos correos entrantes acumulan al empezar a priorizar la la respuesta de estos. Laborales son los primeros en responderse sobre todo si vienen del jefe. Los relacionados al trabajo pueden seguir y si estamos envueltos en sitios de contacto para conocer gente, la prioridad cambia porque habrá que escoger cuales mensajes toman valor con el día, luego los que teníamos ya pendientes para darle paso a los familiares y amigos que necesitan respuesta urgente. Otros los vamos marcando o dejamos “para después” poder contestarlos otro día con mas calmita con el riesgo de nunca ser contestados. ¿Cuantas veces no encontramos a alguien y nos recuerda días después de un “e-mail” enviado semanas antes?.
Ese mismo problema tenían tanto Albert Einstein como Charles Darwin, así que no hay porque sentirnos mal por no responder a tiempo un correo electrónico a la brevedad. De hecho en un articulo publicado en la revista Nature documentan que por ejemplo Einstein envió mas de 14500cartas y recibió mas de 16,200 respondiendo solo una cuarta parte de ellas. Darwin por su parte envió 7500 cartas, recibió 6530 y respondió solo el 32% de ellas.
La respuesta de la correspondencia, llevaba su tiempo, ya que Einstein lo hacia dentro de los primeros 10 días en casi la mitad de los casos, mientras de Darwin en el 63% de los casos respondía en el mismo periodo de tiempo.
El hecho que Einstein respondiera el 14 de octubre 1921 correspondencia recibida el 26 de Septiembre de 1920 a Ralph De Laer Kronig iniciando: “Mientras soy devorado por una montaña de correspondencia encontré su interesante carta que recibí en septiembre del ano pasado” nos da idea cuan lento podía llegar a ser en algunos casos la respuesta de un genio. Desafortunadamente en no todos los casos podemos dar excusas como estas para disculparnos en la demora de respuesta de correos, pero es una buena forma de salir del problema. Con ello usuarios prolíficos como yo del correo electrónico, debemos encontrar la manera de responder los correos sin perder la perspectiva de las prioridades de respuesta.
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